A Franco Menozzi
Me dejaste para siempre
suspendida del aire
por tus hilos
- como un móvil de Calder –
buscadora incansable
de la luz que tanto amabas.
Sigues existiendo en todo lo hermoso de la vida,
en el territorio terso, ligero y delicado de la gracia.
Desertaste para siempre de sombras y asperezas.
Eres la paleta de colores
con los que se va pintando mi vida;
Nuestro amor,
el barniz que me protege.
Mientras tenga aliento
el tuyo
fiel
aleteará en mi pecho.
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