Las Alas (2009),
escultura del artista sur-coreano Choi Xoo Ang
Mañana es el final de curso con los alumnos de la tarde de
Beaumont.
En la tranquilidad de la tarde pienso en los diferentes
requisitos con los que hay que venir a la fiesta (podéis leerlos aquí) y
aprovecho para reflexionar y sentir lo que ha sido este curso.
Una imagen me acaricia con insistencia la mente: alas.
Las palabras son alas porque nos ayudan a expresar lo que somos
y los demás son alas porque nos invitan a salir de lo que somos para explorar otros
mundos.
Cuando aprendemos una lengua extranjera las palabras son las
alas que hacen el viaje posible.
Mi palabra favorita: Alegría, por como suena y por lo necesaria
que es.
Una frase que me inspira
(desde la certeza que aprendemos mejor una lengua extranjera cuando nos enamoramos; yo misma soy la prueba con el francés):
“Mi lengua es un
territorio ambiguo donde se mezclan las palabras con el sabor de tus labios”
Mi microrrelato “La clase de los jueves”
A pesar de la crisis
habían ganado muchísimo durante los últimos meses: amigos, ideas, palabras,
sentimientos, emociones, músicas, viajes, risas, historias, imaginación,
belleza.
Eran los mismos y eran
nuevos. Infinitamente más guapos.
Para apreciarlo sobran espejos;
sólo hay que asomarse a los ojos de los demás. Y esperar.
Una canción: “De paso” de Luis Eduardo Aute
Porque me emociona cada
vez que la oigo ante esa expresión tan justa de lo que es este viaje del vivir;
Porque define para mi lo que supone ser profesora, es decir
cuestionar y cuestionarse siempre, sin instalarse en ninguna certeza salvo en
la de ir caminando/motivando:
Que no, que
no, que el pensamiento
no puede
tomar asiento,
que el
pensamiento es estar
siempre de
paso, de paso, de paso...
Aquí la tenéis:
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