A lo mejor porque fui de Ciencias e iba para química hasta decidir pasarme súbitamente a la Facultad de enfrente y estudiar Filología Hispánica , me he sentido siempre como una científica en mi aula-laboratorio formulando hipótesis, preparando experimentos y probándolos en clase, con mucha curiosidad, a ver qué pasa.
Los adolescentes son un público muy exigente, hay que cautivarles en cada clase, encender el motor de la motivación, convertir el aula en un espacio de vida en el que se olviden de que están en clase, sorprenderles, animarlos, hacerles sentir y soñar con los horizontes que les abre el aprendizaje de la nueva lengua.
Ellos nos abren a nosotros - profesores - un espacio de mil posibles para explorar, experimentar, aprender y compartir.
Una pequeña muestra
de lo que voy a contar
en el Encuentro de profesores de español
organizado por el Instituto Cervantes de Estocolmo
Pulsa en la imagen para leer la obra
Los alumnos se convierten en...
... artistas surrealistas
... reporteros radiofónicos
Pulsa en la imagen para ver la baraja
... gladiadores climáticos
... personas más creativas
(y menos aburridas en la escuela)
Pulsando en la imagen se accede a una descripción del proyecto
... ciudadanos del mundo
El patio de Babel
Así lo cuentan los alumnos...
nos acaban de dar en Bélgica el "Sello europeo de las lenguas"
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