viernes, 6 de noviembre de 2009

La ley de Lavoisier en cancion


Nada se pierde, todo se transforma, dice la ley de conservación de la masa, más conocida como la ley de Lavoisier, un pilar fundamental en todas las ciencias naturales.
La canción 'Todo se transforma' es la aplicación lírica de la esta ley, un bello relato en verso sobre el principio de causa y efecto.
Me encanta el uruguayo Jorge Drexler, lo conocí por su canción “Al otro lado del río”, la banda sonora de “Diario de motocicletas”, y se ha convertido en uno de mis poetas-cantautores preferidos.

Os aconsejo la lectura del articulo Jorge Drexler y la ley de Lavoisier publicado en el blog “La huella sonora”:
http://huellasonora.blogspot.com/2009/10/jorge-drexler-y-la-ley-de-davoisier.html

Antes de escuchar la canción, os propongo un pequeño ejercicio poético-científico-filosófico, una aplicación de la ley de Lavoisier – “Nada se pierde, todo se transforma”- a una serie de elementos.

Intentad unir estas palabras con una relación “causa-efecto” en forma de círculo:

beso – calor – movimiento – gota de sudor – vapor – viento – molino de viento – vino – boca – copa – euro

Escuchad después la canción y descubrir cómo lo hace Jorge Drexler.



Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.

Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.

Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería......

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.


Y después de escuchar la canción, si estáis de acuerdo con la teoría de que “Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da”, escribid una historia – real o imaginada- para ilustrarla.

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