miércoles, 17 de marzo de 2010

Mar rosa de almendros con islotes de olivos



Este fin de semana he estado en casa de unos amigos, en el campo alicantino, cerca de Jijona.

Conocí a Pascale y Joris - y a sus dos hijas encantadoras - en mis clases de tarde de Beaumont. Vinieron a aprender español porque lo necesitaban para realizar su sueño de vivir en España.

Así que compraron un terreno entre almendros y olivos, construyeron una bonita casa rural, y no vacilaron en dejar atrás una vida confortable en Bélgica para lanzarse a una aventura azarosa de la que han salido, como héroes victoriosos, fortalecidos.

Admiro a los valientes, a los que arriesgan mucho por realizar un sueño, a los que no vacilan en sacrificar trayectorias triunfantes para ascender por cordilleras de tentadores imprevistos. Ganadores de la credencial de intrépidos aventureros de sus propias vidas. Exploradores de nuevos caminos. Viajeros que nunca beben el agua de la frustración, porque deciden, hacen, cambian, construyen oasis, aciertan o se equivocan, pero ante todo VIVEN la vida que desean. Un ejemplo para los cuerdos que somos la mayoría.

Aunque hizo frío este fin de semana en la Comunidad Valenciana, a nosotros nos calentó el sol interior de esta acogedora familia que hace todo para que sus huéspedes se sientan mejor que en su casa.

Si os apetece pasar unos días sumergidos en la paz de la naturaleza y en compañía de "buena gente", os recomiendo la finca 'El Pao" (http://www.fincapao.com/). En primer plano se dibujan la dulzura de los almendros y la fortaleza de los olivos. En el fondo, el rotundo "Cabezón de Oro" - en valenciano Cabeçó d'Or - , un pico de 1.200 metros de altura. El vocablo Or no hace referencia al oro sino al agua. En época del Al-Ándalus los árabes mantuvieron el vocablo íbero "Ur" para denominar a esta sierra, que significa "Agua", ya que en su interior fluía agua. Y entre los bancales, el paisaje traza senderos para enamorar.

En Jijona, existe una leyenda muy bonita que narra, a modo de cuento, el origen de los almendros y del turrón:

“Por aquellos tiempos, el Rey contrajo matrimonio con una princesa escandinava, por lo cual ésta tuvo que venir a estas tierras dejando atrás su frío país de origen. La princesa se sintió muy triste al no poder disfrutar de los bellos paisajes de su país llenos de nieves perpétuas. El rey, desesperado por ver a la nueva reina decaída, para evitar su tristeza, tuvo la idea de plantar por todos sus territorios, alrededor del castillo, miles de almendros. De este modo, cuando los almendros florecieron, sembraron el paisaje de tonalidades blancas, de tal modo que todo parecía nevado, y la princesa volvió a recuperar su felicidad. Los habitantes de Jijona, a partir de ese momento, aprendieron a recoger los frutos de los almendros y a tratarlos, elaborando así las primeras muestras de turrón y derivados. ”

Los almendros de Jijona cuando florecen siguen derramando perfume de felicidad.




No hay comentarios: