Te he buscado cada día
hasta en las horas más negras.
Te he llamado con muchos nombres
en variados alfabetos
bajo climatologías propicias y adversas.
Contigo,
dentro de mí,
los brazos se vuelven alas
y las piedras del alma
plumas ligeras.
Eres el tesoro del pobre
y el presente que el rico anhela.
No se te puede comprar ni vender.
Tampoco cotizas en bolsa.
Eres alérgica a las transacciones financieras.
Estás en el momento presente.
Contigo no se puede hacer negocio.
Si se te quiere guardar, desapareces.
Vives en cada ser humano
aunque a veces media muerta de inanición.
Te prefiero revoltosa
trotando en las esferas de los relojes
a lomos de la risa
bombeando la sangre.
Me gustaría llamarme como tú
simplemente
ALEGRIA
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