martes, 8 de diciembre de 2009

Te busco a cada instante


Te he buscado cada día

hasta en las horas más negras.

Te he llamado con muchos nombres

en variados alfabetos

bajo climatologías propicias y adversas.


Contigo,

dentro de mí,

los brazos se vuelven alas

y las piedras del alma

plumas ligeras.


Eres el tesoro del pobre

y el presente que el rico anhela.


No se te puede comprar ni vender.

Tampoco cotizas en bolsa.

Eres alérgica a las transacciones financieras.


Estás en el momento presente.

Contigo no se puede hacer negocio.

Si se te quiere guardar, desapareces.


Vives en cada ser humano

aunque a veces media muerta de inanición.


Te prefiero revoltosa

trotando en las esferas de los relojes

a lomos de la risa

bombeando la sangre.


Me gustaría llamarme como tú

simplemente

ALEGRIA


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