viernes, 15 de julio de 2011

Julio

Icaro, Henri Matisse

Respiraciones sosegadas,

susurros de espigas

acariciando el aire.

Lenta convalecencia

De los relojes dopados por la prisa.

Tiempo solar que se deleita en si mismo,

repetido,

meciéndose la esfera,

regocijándose al son de las manecillas.

Amaneceres tardíos,

confundidos en mañanas ociosas;

dilatadas tardes

que pedalean y se estiran,

nocturnas,

a la luz de la palabra y sus destellos.

Cabalgo en cada instante,

confiada;

suelto las riendas,

ya no soy yo la que conduce,

me dejo llevar.

El Julio de mi calendario

se ha dejado invadir

por un ejército

de horas holgazanas

hambrientas

sedientas

ávidas de lectura

de paseos

y de siestas.

Me repiten

que tengo cita conmigo

cada día,

que no me puedo hacer esperar.

Obediente,

me siento en el umbral del mediodía

y espero a mi invitada:

Yo soy,

Aquí estoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustan tus versos, Pili ! Gracias por compartir tu poesia, la felicidad de vivir.

Matilde dijo...

Belleza!