Respiraciones sosegadas,
susurros de espigas
acariciando el aire.
Lenta convalecencia
De los relojes dopados por la prisa.
Tiempo solar que se deleita en si mismo,
repetido,
meciéndose la esfera,
regocijándose al son de las manecillas.
Amaneceres tardíos,
confundidos en mañanas ociosas;
dilatadas tardes
que pedalean y se estiran,
nocturnas,
a la luz de la palabra y sus destellos.
Cabalgo en cada instante,
confiada;
suelto las riendas,
ya no soy yo la que conduce,
me dejo llevar.
El Julio de mi calendario
se ha dejado invadir
por un ejército
de horas holgazanas
hambrientas
sedientas
ávidas de lectura
de paseos
y de siestas.
Me repiten
que tengo cita conmigo
cada día,
que no me puedo hacer esperar.
Obediente,
me siento en el umbral del mediodía
y espero a mi invitada:
Yo soy,
Aquí estoy.
2 comentarios:
Me gustan tus versos, Pili ! Gracias por compartir tu poesia, la felicidad de vivir.
Belleza!
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